ola de escritoras feministas de pacotilla

¿Hasta cuándo esta ola de escritoras feministas de pacotilla?

En el día de hoy quiero reflexionar sobre la ola de escritoras feministas que invade Amazon, las redes sociales…, y  a las que no sé si considerar como escritoras feminomachistas. Ya sé que este post puede servir para que «me despellejen viva», pero creo que ha llegado el momento de exigirnos un poco más y apelar a nuestra sensibilidad y capacidad de reflexión si queremos salir del bache capitalista y pueril en el que ha caído la especie humana. Os dejo con mi reflexión sobre las escritoras feministas actuales.

No me tengo por una mojigata, y creo que estoy en lo cierto. Pocas cosas me escandalizan, solo la pobreza, la mentira, la hipocresía, la corrupción, el dolor o cómo algunos seres humanos someten a otros. Para mí un cuerpo humano desnudo no es más que carne al fresco que no me produce ni rechazo ni admiración, y que excepcionalmente es arte o belleza.

Pero en los últimos meses he sumado otro motivo de escándalo a mi conciencia: la manipulación flagrante que hacen algunos escritores de conceptos como el machismo o el feminismo y cómo algunos de sus seguidores los aplauden sin el mínimo pudor o sin darse un minuto para reflexionar si de verdad están de acuerdo.

Voy con un ejemplo gráfico: parte de los autores que constantemente denuncian la utilización de imágenes de mujeres semidesnudas en anuncios de todo tipo son los mismos que no tienen reparo en poblar sus muros, incluso las portadas de sus libros, de hombres musculados y sin ropa.

Aclaro que, aunque esta forma de promoción me parece zafia y banal, propia de quien está escaso de recursos, no por ello la condeno. No es este el tema que me deja atónita, sino la doble moral que lleva a rechazar ferozmente un anuncio de una chica en minifalda vendiendo un coche mientras mi muro está abarrotado de vídeos y fotografías de chicos desnudísimos y guapísimos. Suelen ser mujeres que se autoproclaman feministas acérrimas, a las que no les duelen prendas a la hora de entrar en cualquier hilo en el que, según ellas, encuentran cualquier atisbo de machismo. ¿Perdona? ¡Ole ellas!

La verdadera feminista lucha por la igualdad de derechos, igualdad, y tolera sin problema la decisión de cada cual de comerciar con su cuerpo, sea hombre o mujer. Si tanto comprador como vendedor lo hacen libremente, allá ellos. Otra cosa distinta a la tolerancia es el respeto, que deberíamos otorgárselo a quien nos produzca admiración por sus valores. No confundamos, tolerancia es «lo dejo pasar porque ni me afecta ni es de mi incumbencia», respeto es la admiración por alguien con cualidades excelentes o ejemplares, entre otras cosas.

Pero profundizando un poco más te encuentras el auténtico meollo del asunto. Lo peor no es la utilización de desnudos para vender lo que sea, sino la escasa hondura de quien vende literatura, en este caso novelas, manejando estos métodos. De verdad que me parecen eternos adolescentes enganchados al sexo a costa del seso.

Novelar es un arte; el arte de contar historias fabuladas con la mayor belleza y fuerza que seamos capaces de encontrar en nuestro interior. El artista de las letras es, por definición, un ser extremadamente sensible que mira el mundo más allá de recetas cocinadas y de sus cinco sentidos y luego lo cuenta sobre blanco.

El artista tiene un compromiso y una responsabilidad con su generación y las venideras. Está obligado a desmigarse por dentro cuando sufre el periodo creativo. El verdadero novelista, hasta en la historia más sencilla, nos describe el otro lado de la luna entre sus líneas.

Para exponer lo obvio ya está la misma vida o los medios de comunicación y sus secciones basura, siempre buscando el «efecto morbo» para enganchar.

¡Por la Santa Literatura Universal!, ¿hasta cuándo vamos a ver carne prefabricada en los gimnasios fuera y dentro de los libros? ¿Llegará el día en que cese esta ola de escritoras feministas de pacotilla? Y, sobre todo, ¿tendrá fin esta moda de usar la carne como cebo para los lectores?

Solo por curiosidad, os invito a entrar en cualquier plataforma de venta de libros y contar las portadas con hombres semidesnudos de libros escritos por mujeres, y después al contrario, las de mujeres con poca ropa de obras de hombres. Vais a alucinar, y más todavía si después os preocupáis de buscar las publicaciones de dichas autoras para ver cuántas de ellas abanderan ese falso feminismo.

No me aclaro, ¿qué es lo que queremos las mujeres?, ¿que los hombres dejen de vernos como pedazos de carne o que nos dejen toda la carne para nosotras?

Reivindicar que nos respeten como mujeres es un asunto muy serio que solo dará resultado si nos hacemos respetar dando ejemplo.

A ver, no digo que no pueda haber historias donde algún personaje tenga el perfil del típico chico guapísimo y riquísimo por el que todas las mujeres entregarían hasta la dignidad, incluso el protagonista. A mi modo de ver, en ocasiones está más que justificado. Pero, por favor, ¿siempre y en todas las novelas de las mismas escritoras, en la portada y en el interior, y en buena parte escritas por feministas radicales?

Aquí pasa algo y hay que remediarlo. Hemos de exigirnos un poco más y apelar a nuestra sensibilidad y capacidad de reflexión si queremos salir del bache capitalista y pueril en el que ha caído la especie humana.

Yo no me rindo, y me niego con todas las fuerzas a dejarme arrastrar por estos vientos en los que el físico le ha ganado la partida al espíritu; me niego a involucionar hasta convertirme en una troglodita que solo busca saciar sus instintos; me niego a renunciar al gozo que hay más allá de mis sentidos, aunque el camino sea más largo y abrupto; me niego a pedir un préstamo para operarme el paso de un tiempo vacío; me niego y me niego.

En la otra vida debí ser un salmón, porque cada vez que nado lo hago a contracorriente.

7 comentarios

  1. Uffffff Mercedes….. en los ultimos dias hemos hablado muchisimo sobre este tema en familia. Yo no se hasta cuando durara todo esto que llaman Feminismo y máxime cuando todo esto aporta pingües beneficios en casi todas sus directrices, pero si que te digo algo : ¡Me ha encantado el articulo !.

  2. Me ha gustado mucho su artículo, ese feminismo malentendido que algunas abanderan, no está ayudando mucho a dejar claro que somos más que carne. Coincido en que hacer literatura es otra cosa. Actualmente muchas más personas levantan la mano cuando preguntan ¿a quién le gusta leer? Porque la ola de textos (no las quiero llamar novelas) eróticos ha llegado a humedecer los infértiles suelos grises y ha germinado un nuevo grupúsculo de lectores que ni siquiera compra libros físicos sino los esconde en sus dispositivos electrónicos (sin restarle valor a éstos últimos). Así, nuevas escritoras y nuevas lectoras se autoproclaman feministas porque practican la libertad de gritar a los vientos su intimidad real o la deseada, por más sana o retorcida que sea. Y no desestimo esa fase de la vida, tan importante, pero sí creo que la literatura tiene un poder y una misión más amplia y me encona que habiendo tanto en qué profundizar y descubrir de las mujeres, desde la perspectiva de otras mujeres, estas escritoras se limiten a ofrecerlas en bandejas de papel o en pantallas para que quienes piensan que no hay más, se sirvan

  3. El artista de las letras es, por definición, un ser extremadamente sensible que mira el mundo más allá de recetas cocinadas y de sus cinco sentidos y luego lo cuenta sobre blanco.(sic)
    A lo largo de la historia numerosos hijos de la gran puta nos han regalado obras literarias magistrales teniendo la sensibilidad en el ojo del culo.

  4. ¡Hola, Mercedes!

    Siempre es un placer leerte, tanto en tus novelas como en los articulos de tu blog. Pero como asidua lectora de erótica y romántica, y escritora también de dichos géneros, tu post me parece de un esnobismo y de una falsa moralidad/superioridad alucinantes. Esa es la pura verdad.

    Te doy la razón respecto a las portadas; algunas son horteras, de mal gusto, o rozan lo humoristico. Pero eso no quiere decir que sean más o menos feministas. Respecto al uso de cuerpos masculinos bien esculpidos en su contenido…bueno, yo soy una fiel defensora de que la originalidad puede equilibrarse con las fantasías de las lectoras en cuanto a material masculino se refiere. Y es un recurso que se usa en las letras y en cualquier expresion artística desde tiempos inmemoriales. Y, si no, ¡que pregunten al David de Miguel Ángel!

    Y sobre el feminismo…¡ya está bien de querer coartar la libertad erótica de las mujeres! ¡Sean lectoras o escritoras! Si me apetece leer erótica o escribirla, ni representa mi nivel intelectual, ni mi nivel literario, ni mi valor como persona y, desde luego, tampoco mi valor como feminista. Podemos debatir sobre los currículos que ostentan lectoras y escritoras hasta la nausea. También ensarzarnos en qué es y no es feminismo, pero no creo que nadie pueda imponer su criterio respecro a lo uno ni a lo otro sobre el de otra persona, porque si hay una cosa que tiene la literatura, es que es democrática y llega a todos.

    Si el género erótico no es de tu agrado, me parece maravilloso. Creo sinceramente que no es para todos. Pero con esta generalizacion de tu post estás lanzando la caballería contra un enorme grupo de lectoras y escritoras que sí lo amamos y disfrutamos con él.

    Yo disfruto con tus novelas, y te deseo todo el exito del mundo en tus proximos proyectos, que por supuesto, leeré. Pero no por ello tienes la potestad para denostar que me guste un trozo de carne bien puesto en su sitio, porque el feminismo significa, entre otras muchas cosas, poder hacer lo que me da la santísima gana con lo que tengo entre las piernas, y con el área del cerebro que la rige y regenta mi erótica particular. Cosa que hasta hace bien poco, no nos estaba permitido hacer.
    Respecto a la dicotomía que planteas, creo que el doble estándar es una enfermedad generalizada de nuestra sociedad, y que quizá, esas escritoras feministas de pacotilla que mencionas, tengan mucho que decir sobre igualdad de oportunidades, crítica poco fundada o techos de cristal.

    Un saludo, y nos vemos a la vuelta de la próxima página.

  5. Me ha gustado el artículo. No tengo el «placer» de saturar mis ojos con esas portadas que mencionas.
    La única pega que le encuentro a tu texto de hoy es que te fijes en esa molesta mota, siendo que la viga del feminismo está consiguiendo que abramos los ojos a detalles importantes que antes nos pasaron desapercibidos.
    En cualquier caso me parece estupendo que nade a contracorriente, peor intenta no sufrir tanto.
    Alberto Mrteh (El zoco del escriba)

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