CON EDITORIAL O SIN ELLA

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Es un tema de total actualidad en el panorama literario de nuestros días, en periódicos, revistas, webs y páginas de autores y lectores se vierten opiniones al respecto. Yo también tengo la mía y quiero pronunciarme de una forma contundente, sin bálsamos: «Da lo mismo peer que chiflar ―que decía mi abuelo―. El galgo corre con collar o sin él». Aquel que escude en una editorial su buen hacer con las letras ya es sospechoso de todo lo contrario, y al revés, el que diga que ser independiente es sinónimo de personalidad artística y valentía literaria miente. Y esto es así por muchas razones, entre las que destacaría:

En general, eres independiente:

―Porque ninguna editorial (de las que no cobran por editarte) te ha abierto su puerta ni se ha puesto en contacto contigo, bien porque tus obras no están maduras, porque no son comerciales o porque nunca se han parado a leer ni diez páginas de las mismas.

―Porque ya has estado contratado por alguna de ellas y te niegas a seguir siendo explotado, en realidad nunca apostaron por ti ni creyeron en tu obra, prefieres ser un “Juan Palomo”.

―Porque no confías en ti mismo y ni se te ocurre escribir a las editoriales.

―Porque has escrito un librito por mero divertimento y lo subes a la red para la familia y los amiguetes.

―Porque ya has recibido varios informes literarios negativos y has perdido la esperanza.

En general, tienes editorial:

―Porque eres de esos autores afortunados a los que les ha leído la obra un lector profesional y honesto en nómina, el cual te ha hecho un informe literario fantástico que ha defendido a capa y espada en las reuniones de la editorial.

―Porque tienes más de veinte años de oficio a la espalda y ya te tocaba sí o sí, es una cuestión de trabajo, paciencia y estadística.

―Porque eres colaborador de un programa telebasura, o te has bajado los pantalones en directo, o has vivido una vida tormentosa sobre el papel cuché, o eres amigo de los directivos de la editorial, o el sobrino, o el mismo dueño… o has sido presidente del país o periodista o…

―Porque ya vendías tú solo más libros que muchos de los autores contratados, con lo cual lo que escribas da lo mismo, como tampoco les importa cómo conseguiste las ventas ni por qué y tu obra, sea buena o mala, interesa y punto. La publicidad les sale gratis, la ganancia es casi segura.

Resumiendo, por poner dos ejemplos, que los hay en ambos supuestos para aburrir: Belén Esteban hubiese vendido lo mismo si en vez de tener editorial se hubiera puesto a firmar por su cuenta en El Retiro, y “su” libro sería igualmente una estafa carente de literatura. Y Rafael R. Costa sería un maestro y sus obras un legado universal también con un sello editorial de los grandes.

Es cierto que todavía hay un amplio número de lectores que creen que la editorial es un aval, pero este número se está reduciendo a gran velocidad, y de no ser por la importancia de la distribución en papel (el independiente tiene graves problemas para situar su obra en las librerías), que solo funciona para las grandes empresas, la diferencia entre ser autopublicado o no sería mínima. Vamos, que como decía mi abuelo, «Da lo mismo peer que chiflar. El galgo corre con collar o sin él».

Amemos nuestro oficio, aprendamos y trabajemos hasta escribir con sangre, pensemos que cada uno de nosotros deja un legado en los archivos de la literatura universal y que estamos obligados a ser honestos con nosotros y con los lectores. Que nos pongan el collar o no, es lo de menos.