nuestra sociedad tambien esta mutando

Nuestra sociedad también está mutando

Llevamos tanto tiempo sin vernos el rostro, sin besarnos, sin abrazarnos, sin ni siquiera acercarnos… Llevamos tanto tiempo caminando en el mismo sentido para no cruzarnos con nadie, sin ver a los que nos dieron la vida, sin poder despedirnos de ellos, aplazando bodas, bautizos, cumpleaños… renunciando a las cosas que nos hacen felices y humanos, que empezamos a no reconocernos. Hasta nos prohíben dar los buenos días en el metro, y mucho menos hablar con esa señora tan amable que se sienta a nuestro lado.

Ya no hacemos planes, nos limitamos a trabajar, alimentarnos y protegernos de un virus que no nos da tregua. Es como si nos conociera y supiera atacarnos donde más nos duele al menor descuido. Nos lleva ventaja desde el principio, cuanto más sabemos de él, más nos conoce él a nosotros. Ha conseguido robarnos lo más preciado: la libertad.

Solo podemos relacionarnos con nuestro círculo de convivientes; un círculo en el que ahora hay un miembro más: el miedo. Con él, con el miedo, vamos a trabajar, a comprar, al médico o al colegio, porque sabemos que nuestro mayor enemigo es invisible y oportunista. No podemos relajarnos, una corta conversación o una simple risa puede robarnos la salud a nosotros o a los que más amamos.

Cuando creemos que ya lo conocemos, muta y encuentra otro camino para embestir. Hay que reconocer que siendo tan pequeño es muy listo y tiene muy mala leche.

Estaba pensando que, de tanto cambiar nuestro comportamiento para librar esta eterna batalla, a lo mejor somos nosotros los que mutamos física y síquicamente. Si no podemos abrazar, para qué queremos los brazos, si no podemos sonreír ni besar, para qué queremos la boca. Si no podemos amar, para qué queremos el corazón. Esto sí que me da miedo.

Igual que os pasa a vosotros, por momentos, me invade una extraña tristeza, un desánimo inexplicable. Luego me doy cuenta de que hace un año que no voy al cine, ni como en un restaurante con mi gente; que hace un año que no se reúnen todos mis hijos en casa. Hace un año que me robaron tantas cosas…

Temo que nos acostumbremos a relacionarnos con el mundo a través de una pantalla. Aunque, benditas pantallas, que nos permiten vernos y hablarnos manteniendo toda la distancia que sea necesaria. Algo es algo.

No mutéis, no permitáis que la pandemia os cambie por dentro. Tened paciencia y cuidaos, todo pasará.