MARKETING, TRUCOS Y NÚMEROS

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Lo mejor de ser, sentirse escritor, es disfrutar del proceso creativo. El resultado, dependiendo de la madurez literaria del autor y de su don, podrá ser más o menos aceptable, esta es otra cuestión, pero para mí, aquel que utiliza la imaginación para contar su manera de ver el mundo ya es un artista, en este caso escritor.

Conseguir que tu obra llegue al lector es una tarea que como he comentado en muchas ocasiones depende de un sinfín de factores, muchos de ellos ajenos al autor.

Sigo experimentando la misma sensación de incertidumbre cuando termino una novela: ¿Ahora qué? Después de dar forma a una idea original, pasar horas, días, meses, incluso años, montando su estructura, perfilando personajes, documentándote, escogiendo las escenas más adecuadas, repasando diálogos, borrando, reescribiendo, puliendo el final… Pue eso, ¿ahora qué? De las escasas puertas que hay abiertas, cuál elijo.

He meditado largamente sobre este tema teniendo en cuenta mi experiencia, que tampoco es gran cosa comparada con la de algunos compañeros, y me doy cuenta de que jamás dudé tanto. No lo sé, no sé lo que es mejor para mis próximas obras, lo que sí sé es que me apetece mucho compartir con mis seguidores y con aquellos que sientan curiosidad los resultados de ventas, al menos mensualmente, en el caso de que decida autoplicarla. Esto es, número de descargas, países en los que se producen, posición en las listas, royalties obtenidos, reseñas positivas o negativas que se publican…

¿Motivos? ¿Y por qué no? ¿Por qué se pueden contar mil detalles, algunos escabrosos y en ocasiones falsos, y el autor no puede informar abiertamente de la situación real de una obra en el mercado desde que es publicada? A mí me hubiese encantado conocer estos datos de algunas obras exitosas, me habría ahorrado muchos quebraderos de cabeza y desilusiones.

Me pregunto por qué es tan impopular exponer datos económicos personales. Yo creo que sería interesante contrastar si se corresponden los números con la calidad de la obra según los lectores.

Igual que vosotros, he leído muy buenos libros que han pasado por la criba editorial y que han sido best sellers justamente, hay que decirlo, pero también algunos me han parecido un tostón y otros tantos verdaderos bodrios. ¿Cómo llega una obra, mejor o peor, a reventar en ventas? ¿Por qué?

Los motivos pueden ser muchos y variados, el principal, lo tengo muy claro, porque lo decide el lector. Pero, ¿es manipulable la opinión de los lectores? Sí, al menos en un primer momento. Es claro: si cogemos diez libros con una imaginaria puntuación en calidad del 1 al 10 y les damos igualdad de oportunidades, seguramente en un periodo prudencial el lector los pondrá en su justo lugar. Pero si no escatimamos en medios para promocionar los que se merecen el 3 y el 5, por ejemplo, y el resto dependen solo del tiempo que su autor, honradamente, les pueda dedicar, sin lugar a dudas los merecedores del 3 y el 5 ocuparán los puestos 9 y 10 respectivamente. Tal vez con el tiempo y la perseverancia del autor, alguno de los restantes consiga despuntar, pero la desventaja inicial es sencillamente insalvable.

Tanto empresas editoriales como autores particulares llegan a recurrir a estrategias cuanto menos licenciosas, hay escritores que se lo pueden permitir y llegan a comprarse sus propias obras por decenas. Esto en la versión digital tampoco supone una alta inversión. Si tienes un libro a 1€, compras cincuenta y lo colocas en el Top 100 en un día, con lo que logras ponerlo en el escaparate y hacerlo visible, que no está mal para empezar. Y si consigue tener verdaderas ventas y que guste, ya está.  Al fin y al cabo, ¿no es lo que hacen las editoriales?, ¿no reservan de cada edición un buen número para enviar a entidades y particulares que no tienen intención de leerlos? También es costumbre del autor independiente regalar sus libros a blogueros literarios, lectores amigos y familiares mediante un cheque regalo canjeable, es también una manera de lanzar la promoción, subir en las listas y conseguir reseñas. En fin, hay mil trucos, no me los sé todos, y unas veces funcionan y otras no. De cualquier manera, lo que siempre funciona es tener un buen apoyo mediático y de marketing, que no está al alcance del escritor de a pie. No hace tanto leí en un blog de un «tal», que parece gozar de mucha popularidad entre los blogs literarios, que dicho «tal» tenía interesante información sobre autores que se autodescargaban sus libros, que tenía sus IPs, datos de sus cuentas, cantidades concretas y no sé qué más, y que se les iba a caer el pelo a todos si publicaba toda esta información. Hombre, ya que haces una investigación tan «exhaustiva» que sea para descubrir a los grandes tramposos, no a cuatro desgraciados que no se tienen más que a sí mismos para encontrar lectores. Conste que las miles de descargas legales que han tenido mis libros (las piratas duplican la cifra) corren a cuenta de mis lectores, así que no es mi caso.

Lo que está clarísimo es que no se puede falsear toda una carrera literaria: si el escritor tiene don, si cultiva su oficio y es perseverante, antes o después conseguirá su lugar, con grandes ayudas o sin ellas. Así que, si no tenemos apoyo, tengamos paciencia, tarde o temprano los lectores nos pondrán en nuestro lugar, aunque no nos pille vivos.

Lo dicho, os mantendré informados de los números de la publicación de mi próxima obra, si finalmente la autoplico, espero que esté lista para el otoño próximo.