Porque el cielo,
tímidamente, tornaba su azul celeste al cobalto, y en el verde rabioso de los
campos se intuían pinceladas ocres, y los rizos del arroyo lucían como cucharas
de plata. Porque esa mañana el horizonte anuncia despedida, callada, discreta,
ella supo que había llegado el otoño de su vida. Nunca le pareció tan plácido y
dulce un adiós. Estaba segura, no echaría de menos la rabia, la fuerza y la
impertinencia del verano; ni su eterna y cegadora luz, sus ojos se habían
vuelto demasiado sensibles; ni el calor de sus noches, su piel agradecía más
protegerse bajo las mantas. Se le erizo el vello, acaso porque la brisa era más
fresca ese amanecer. No, más limpia. Debía ser cosa de la emoción.
No derramaría lágrimas desesperadas como lo
hiciera aquel último día de primavera, como si con él se fuera toda posibilidad
de enamorarse, ya regaría la tierra el generoso cielo de octubre. ¡Qué
ignorante!, mira que confundir el amor con el frenesí… Ni gritaría la soledad
de aquel suelo sin flores, confiaba en las semillas que entraña. Florecería de
nuevo, seguro, aunque para otros ojos más capaces de soportar sus insolentes
colores. Por aquel entonces, todo le parecía posible envuelta en su osada juventud,
todo menos lo más importante: que en la calma de la madurez sonaran tan bellos
el canto de un pájaro y las notas del pausado discurrir de un río.
Un polvo dorado despertó de
lleno el día, y se dispuso a cortar leña. Esta vez no celebraría sus cincuenta
como aquellos veinte: con muchos amigos, casi todos futuros desconocidos; con
un infinito proyecto, incierto; con la ausencia de familia, que solo sabían
reprender sus locuras; y con mucha música y alcohol, de todo tipo, que no
falte, para un oído y un paladar aún sin estrenar. Esta vez sentaría frente a
su hogar a pocos amigos, en su día simples conocidos; a su pasado, cierto por
entero; y a su familia, su mejor guía. Y se deleitaría con un buen vino y el
hilo musical del chisporrotear de la chimenea y de una buena conversación.
Luego sembró el camino de
pensamientos, todos buenos, para dar la bienvenida a sus invitados. Después de
todo, también había flores que esperaban hasta la llegada del otoño.
Aviso: Me voy mañana por la mañana a los acantilados
irlandeses, estaré fuera hasta el miércoles noche, así que no sé si podré
visitar los blogs de los participantes y votar; pero os prometo que lo voy a
intentar. Si finalmente no me es posible, por favor, perdonadme, estos seis
días son las únicas vacaciones que voy a disfrutar después de más de un año. De cualquier manera, a la vuelta intentaré ponerme al día, con los participantes y con el resto de blogs amigos.
Otra cosa, si no vuelvo, no es que me haya arrojado a tanta belleza, es que me
han tirado, que conste.
Hasta el próximo domingo,
día 9, espero.
Que grandes verdades ¿verdad? Me ha encantado la narración.
Que lo pases estupendamente estos días. Beso.
Que disfrutes de tanta belleza… estoy segura que el goce de la belleza alarga la vida.
Bueno ya sabremos el final de tu cuento de viaje, porque el de este, el de hoy es estupendo.
Felices vacaciones.
Un beso hasta entonces.
Gino.
Bonito relato.
Que lo pases muybien
La madurez otorga otra mirada, mucho más pausada y serena. Además, con este fragmento de tu hermoso relato, el disfrute es más profundo y no necesita tanto ruido.
Pásalo muy bien en Irlanda. Disfruta a tope estos días y no te preocupes de más.
Un beso.
Narración apacible llena de frases encadenadas a cual más elegante….para describir nostalgicos sentimientos al llegar el otoño de la vida.
Mucha suerte en el concurso.
Precioso destino para desconectar.
Una delicada exposición de un otoño personal. Encuentro que empleas palabras sencillas para describir un gran momento. Una visión completa en unos pocos rasgos
Me ha gustado mucho, Mercedes.
Dejando en concurso a un lado, deseo que pases, unos días felices e inolvidables.
Esperaré tu reportaje. Gracias anticipadas y te deseo mucha suerte en Paradela.
«todo menos lo más importante: que en la calma de la madurez sonaran tan bellos
el canto de un pájaro y las notas del pausado discurrir de un río»
Mercedes… qué bonito y qué real… me siento tan identificada con tus palabras.
Has sabido plasmarlo con mucha poesía y acierto. Me encanta.
Un abrazo y pásalo bien en ¿Moher? pero vuelve !!!
El otoño viene a refrescar lo que el verano resecó, es el comienzo, no el final.
Bonito relato.
Pásalo muy bien y cuídate de los acantilados, son hermosos porque te permiten lanzarte al vacío.
PD.- Mercedes me podrías decir cómo c-ñ- se hace una seguidora de esta casa. Besos.
que hermosa reflexión sobre el paso del tiempo!!!
disfruta de las vacaciones y cuidadin con los acantilados , que te esperamos !!
Unbesazo
Precioso texto, Mercedes :
y no te pongo más nada porque estoy verde de envidia.
Acantilados de Irlanda, ejem .
Mi sueño dorado, o uno de ellos.
Desde la adolescencia habito mentalmente en uno de ellos.
Espero que nadie te tire.
Pásalo bien y cuéntalo luego.
Suerte.
Creer que la Juventud lo es Todo es una de las Grandes Mentiras del Hombre… Las posibilidades no se gastan con los Años, sólo cambian. Y Madurar no consiste en hacerse Viejo y abandonar los Sueños, sino en aceptar lo que ahora somos y Vivir cada Nuevo Amanecer con Sueños nuevos.
Cuando estés en los Acantilados, ten cuidado con los Bordes… Con los Irlandeses Bordes, que te pueden empujar. Y tómate una Pinta a mi salud.
Un Beso de Malta Pura, Mercedes.
Una narración apacible y con una prosa elegante para hablar del otoño de la vida. Da gusto navegar por tus palabras.
Felices vacaciones, es un lugar hermoso, que lo disfrutes, Mercedes.
Besitos
Me veo en retazos de tu relato, Mercedes. Con tu elegante prosa haces mención a la belleza de la madurez, en el otoño de mi vida, sin el sentimiento de derrota que inspira verse perdiendo batallas, imposibles de volver a combatir. Es gratificante. :)
Un abrazo grande y suerte.
—
Que disfrutes tu viaje y te llene de satisfacciones… (y nos lo cuentes)
Hola!
Soy nueva por este blog pero no quería quedarme sin comentar; Mercedes, me ha encantado esta entrada, es una preciosidad de texto. Me quedo con:
«Un polvo dorado despertó de lleno el día»
Suerte en el concurso y pásalo bien en tu viaje :)
Besos :)
Mercedes, un texto precioso, como no podía ser de otra manera, donde se refleja con cariño y elegancia el transcurrir de los años y el envejecer con serenidad.
Los años no sólo dan achaques, también dan sabiduría y estabilidad emocional.
Pásatelo bien en el viaje a los acantilados, pero no te acerques demasiado a ellos y vuelve pronto.
Un abrazo y mucha suerte
No te voy a decir lo que es patente. Y tu ya sabes.
Pero sí te diré que yo sé que hay flores en invierno.
Mercedes, deseo que disfrutes en Irlanda y que regreses sana y salva…te necesitamos!!
El relato me ha cautivado de manera muy especial porque descibes de una manera muy bella el paso del tiempo y la madurez que ello conlleva.
Esa mirada llena de sabiduria al pasado para saborear el presente.
Besos
es bueno eso de sembrar el camino de pensamientos, pero tambien es bueno eso de sembrarlo de flores, de amigos, para que las espinas de la vida hagan menos daño.
GRACIAS POR COMENTAR DESDE TAN LEJOS, DISFRUTA DE TU ESTANCIA.
BESITOS.
Muy buena entrada. Te deseo que disfrutes de ese viaje. Saludos.
El otoño de la vida es uno de los grandes deleites de la existencia.Mirando hacia atrás dejamos lo supérfluo y comenzamos a vivir el ritmo acompasado y sereno de los días.
Disfruta de esas vacaciones y suerte en el concurso.
Besos.
¡Esperemos que nadie te tire, ja,ja! ¡Qué bonito, Irlanda y acantilados! Me ha gustado mucho esa describción inicial con el color plata y esa visión tan distinta que tenemos de la vida con el paso de los años. ¡hasta la vuelta!
Asumir el paso del tiempo con esa sabiduría es el mejor modo que conozco para ser feliz, y para disfrutar de cada instante. No es verdad que la juventud sea el instante de la vida de más dicha, probablemente confundamos la intensidad con la alegría.
Espléndido relato.
Felices vacaciones, seguro que algo nos regalarás de aquellas tierras.
Buen texto para el concurso y que tenga un mejor viaje, un saludo
Que diferentes formas de celebrar los cumpleaños a medida que se acerca el ocaso de la existencia, como van cambiando los gustos, los deseos, las esperanzas e ilusiones, los partícipes de la fiesta, la forma de misma de festejarlos.
Cada vez que te leo descubro algo, otra forma de ver, otra forma de escribir y de trasmitir, otra manera de sentir, pero siempre con el mismo placer, con el mismo regusto agradable al final de las letras.
Que disfrutes de tus vacaciones.
Un abrazo
ibso
Creo que sea ese el mejor modo de vivir, asumiendo con sabiduría el tiempo, el propio tiempo.
Me encantó Mercedes.
Un abrazo fuerte.
Leo
No hace falta foto alguna ante tan sublime descripción del paso de los años. Y me has emocionado. Doblemente. Por tus palalabras tan otoñales y a la vez tan despiertas de vida, dicha y encanto con dulzura, desembocando en una fina ternura.Y por hacerme una visita desde Irlanda, tan lejos. Alongada, tal vez, al inmenso balcón de la vida. La vida por delante. Y tú la has hecho más bella, si cabe, con este nuevo post. Gracias. Me emocionas. Un abrazo.
Un relato magnífico, cómo no podía ser menos, viniendo de ti.
Suerte como a todos los compañeros.
Disfruta de tu viaje. Un abrazo
Sentarse en el título de tus post es como acomodarse en un cómodo balancín de un hermoso jardín y disfrutar de ese momento. Así me siento mientras leo todas las palabras que te delatan y te configuran, a ti para bien (espero que a mí también jaja). Me ha gustado mucho, como a todas/os tus comentaristas. Tus palabras siempre están envueltas en papel de regalo decorado por ti misma, por tanto, son excepcionales.
que disfrutes de tus merecidas vacaciones en Irlanda.
un abrazo
:)
Un hermoso relato Mercedes, me ha gustado mucho esa forma tan especial de ir contando los años, la vida que se llena de otras flores, de otros sabores más tranquilos, de palabras…
Cuidate de los acantilados, en su lugar disfruta todo lo que puedas :)
Un abrazo.
Tu relato me ha parecido precioso, poético… Que disfrutes mucho del viaje y que los acantilados te inspiren. No te dejes tirar… te esperamos con impaciencia. Un inmenso abrazo.
Además de leer tu entrada, la he estado escuchando, porque este relato tiene una musicalidad en sus letras que suena muy pero que muy bien. Precioso.
Un abrazo y que disfrutes de tus días en Irlanda.
noche
¡Me has recordado esos acantilados!
¡Me encantan!
¡Yo también quiero!
Suerte en el concurso.
Besos y salud
No gusto mucho del otoño, pero debo admitir que tiene una brisa, una candidez y armonía que no tienen los meses estivales, Llegar a ese etapa requiere de vivencias más o menos interesantes, que dejan como legado un atisbo de sabiduría, la suficiente como para esperar en paz la llegada del invierno…Espero llegar a esa etapa, sin abandonar mis sueños, no podría concebir un día sin escapar de la realidad, en primavera y en otoño debe brillar el sol.
Que descanses Mercedes, el lugar que señalas me sabe a belleza sublime, espero que subas alguna foto del acantilado.
Besitos.
gracias por tu visita y comentario.
:)
seguro que algo podrás contarnos de tu estancia en Irlanda.
un abrazo
felicidades ganadora, lo hemos pasado bien que es lo importante.
Besitos
FELICIDADES!!! por ser una de los tres merecidisimos ganadores de esta edición del concurso de Paradela .
Unbesazo y disfruta de tu viaje
Precioso Mercedes, nada más.
Bueno sí, que disfrutes de Irlanda …
Abrazos admirados y envidiosos ;-)
Gracias por tu gentil comentario.
Me gusta tu prosa: fresca, directa, plena de matices. Un gozada.
Besos.
Veo que no te han tirado a ningún sitio. Menos mal.
Por cierto, interesante tu nueva sección «Libros para olvidar»;
es bueno largar de vez en cuando, cuando toca.
Apoyo el comentario de Antonio Porpetta.
Un abrazo.
Un relato en tu línea…Me extrañaría que no ganases el concurso, aunque lo sentiría mucho por mi amigo ARO…
Un abrazo.
Querida Mercedes:
Hermoso relato, lleno de madurez y sabiduría. Con esa serena plenitud da gusto cumplir años. Admiro tu ejemplar equilibrio, tanto como la delicadeza de tus textos. Aunque te confieso que me has puesto los dientes largos con la pincelada de tu viaje, cuando la mayoría estamos en pleno bajón de regresar al invierno y a la rutina; eso no sé si se corresponde a un espíritu tan delicado como el tuyo. ¡Disfruta tus cortas pero estimulantes vacaciones; te las has ganado!
Un fuerte abrazo.
Elvira
Querida Mercedes, me consta que ya has vuelto de tierras irlandesas y a mí, no sé porqué, se me olvido pasar por ese otoño lleno de matices. Escribes, hoy en prosa poética y es un placer leerte; asumir el paso del tempo es lo obligado, pero no por ello, creer que no habrá momentos de igual intensidad o mayores incluso. Es la sabiduría de los años. Cada etapa es especial, pero entre nosotras,¡eres tan joven! Sigue así; el sol ya no molesta a tus ojos claros, pero es necesario para escribir las estaciones.
Un beso tardío.
Felicidades!! Que lindo escribes!! Leerte es refrescante, como difrutar de un bello paisaje.
Que ignorante!, mira que confundir el amor con el frenesí… Ni gritaría la soledad
de aquel suelo sin flores, confiaba en las semillas que entraña.
un abraXo
Te leo a destiempo (te envidio por los acantilados que te traes en las retinas), te leo y ya dudo de dónde empieza el otoño de la vida. De si, cuando nos damos cuenta de que lo llevamos a cuestas, resulta que ya está instalado, como un virus o una bendición.
Será que nunca he cortado leña, y hace demasiados lustros que no monto a caballo. O será que veo y leo Galicia en cada frase, en cada memoria, en cada neurosis. Me da que va tocando subir. Que aquí es cierto que hay playa. Pero me falta aquel río.
Petons.