Observo mi mundo, escucho y veo cómo se divide, cada vez en pedazos más pequeños, y cada cual en el grupo que cree más afín con su modo de pensar y vivir. Y perdida entre los pedazos busco el mío, ese que imagino entero, un todo. Los de este o aquel conjunto me consideran traidora, todos piensan de mí que soy cobarde, que no me adhiero a nadie por miedo a la lucha que esto supone contra el resto; «que no me mojo». Pero lo cierto es que aún no encontré ese «terreno» donde habita solo la paz y la generosidad, sino que hallé todas las bondades y maldades en cualquier lugar. No quiero una Andalucía más próspera, ni una España más rica en derechos o una Europa más moderna. Quiero un mundo más justo. Y me temo que, si grito pidiendo para los míos, será a costa de los que tendrán que entregarlo. No entiendo de política, o no quiero entender, lo único que sé es que la igualdad y la justicia llegarán el día que luchemos y nos manifestemos para dar, no para pedir. La realidad es que el llamado primer mundo hace aguas, y, bajo mi punto de vista, la razón es bien sencilla: hemos vivido durante mucho tiempo por encima de nuestras posibilidades (cierto, unos más que otros), de lo que nos pertenece; y el tercer mundo ha despertado, ya no quiere limpiarnos los zapatos. Escucho a este o aquel decir que sí, que nos dará lo que queremos: recuperar nuestro estado del bienestar. Algo en mi interior me dice que nuestro «estado del bienestar» pasa por el malestar de muchos; que en realidad, el bienestar no se conseguirá pidiendo, sino dando, al menos el bienestar de ese «todo» que yo considero mi grupo. Tal vez por eso escriba novelas que siempre tienen ese fondo humanista y universal que parece perdido; tal vez por eso huyo de las noticias de actualidad, no quiero que, de tanto mirar con lupa uno u otro grupo, me olvide de mi maravilloso mundo y ya no piense y sienta por mí misma, y termine escribiendo lo que piensa el líder de algún grupo. No, me niego a poner nombre propio a la maldad, me niego a discutir con aquellos para defender a estos; la maldad «es» en sí misma y parasita en todos los grupos. Me niego. Aunque tenga que pagar por ello y caminar sin grupo.
Gracias a todos los que os pasáis por aquí, leo vuestros comentarios con mucha atención e ilusión.
Entiendo tu independencia, porque la mía es atroz, de esas que se niegan a domarse en la manada o bajo el auspicio de consignas.
Me considero progresista (las izquierdas y derechas ya no existen en este mundo de políticos que son parásitos y números que ejercen de valores). Y alzo la voz por lo que considero justo.
Te entiendo y sé que me entiendes.
Un beso.
Querida Mercedes: Te comento porque me hace mucha ilusión que empieces el «curso» con todos nosotros. Sabes que en este tema no estamos de acuerdo en absoluto, pero no va a ser motivo de confrontación. Tienes que escribir lo que sientes, lo mismo que debe hacer cada uno. Me encanta la fotografía, ese sitio tan precioso que tienes para escribir.
Que el año sea tan provechoso, al menos, como el anterior.
Muchos besos, casi vecinos.
Mercedes, amiga: me han encantado tus reflexiones, sobre todo la de » acudir en masa para dar y no para pedir» Eres estupenda. Un saludo afectuioso.
No sabría muy bien explicarte por qué lo pienso pero estoy casi segura de que haces bien. Ser uno mismo, ser coherente con lo que se dice y lo que se hace, y por supuesto nunca dejar tu arte al servicio del poder.
Eres grande Mercedes.
Un beso.
Creo que lo que expones en tus reflexiones, Mercedes, no se circunscribe únicamente al mundo de la política. si lo extrapolamos al mundo en el cual sueles moverte, que es el literario, también podría decirse que podría servir como reflexión. No se es cobarde por no unirse a un grupo, al contrario, ser independiente y tener ideas propias es de valientes, y aunque yo no me considere valiente, soy de la idea de que prefiero ir sola por la vida a tener que discutir con los demás por cada cosa que hago o digo. La diferencia es que cuando yo digo que no estoy más con un grupo, simplemente no lo estoy. Para mí lo peor es estar con Dios y con el diablo. Lo digo por la cantidad de personas que caminan entre líneas proclamando independencia cuando se mueven en ambos bandos. Son los políticos generalmente, pero también ocurre con las personas.
Un abrazo!
Te comprendo, pero…
Está claro que hay buenos y malos ¿No?
Pues yo quiero estar rodeado de los buenos y serlo…
Nunca jamás de los jamases he vivido por encima de mis posibilidades, y ahora, pa que te cuento con una pensión mínima contributiva…
Besos y salud
Muy buena reflexión. La comparto. Reunirnos para dar, no para recibir, deber ser la consigan.
un abraXo!
Una sincera reflexión Mercedes, valiente e independiente, como supongo que tu eres. En mi caso, es que nunca lo he podido evitar, siempre me ha sido dificil mantenerme al margen de las cuestiones (así me ha ido siempre). Comparto contigo la idea de reunirse para dar en lugar de pedir, lamentablemente los últimos años nos han enseñado que los que suelen quedarse con lo que damos entre todos son solo unos pocos y que estos son los únicos a los que de momento aun no han desahuciado.
Esta crisis está siendo tremendamente injusta y a mi me rebela que así sea.
Pero abogo porque lo que comentas se cumpla, el buen fondo de las personas se trasmite.
Un abrazo fuerte
Me ha hecho pensar…existo.
Besos.
Me gusta ese salir para dar y no para pedir, aunque lo veo tan dificil, tan irreal. Todo está cambiando, me gustaria decir, para mejor, pero no, no lo veo así.
Un abrazo Mercedes.
Yo jamás discuto de política, religión y toros/fútbol, son temas demasiado personales y se tiende a pontificar sin dar oportunidad a los demás a que expresen sus propios intereses o gustos, más bien tratamos de imponer nuestros pareceres por encima de todo y todos.
Ciertamente todo el mundo tiene derecho a vivir en su propia burbuja pero no se debe perder la perspectiva común: la realidad siempre está ahí fuera. Sólo resta elegir vivir la vida o ver cómo la viven los demás… pero sin medias tintas en lo fundamental.
Dice San Juan en el Apocalipsis que a los tibios los vomita Dios… ahora que tengo la edad que tengo he decidido quemarme.
Un buen tema de reflexión, Mercedes
Dos abrazos :)
Mercedes, siempre me ha gustado ser independiente porque me aporta libertad. Huyo de los grupos porque la mayoria de las veces manipulan la verdad.
La mayoria de la veces me construyo mi propio universo intentando sobrevivir. Eso si, siempre apoyando cada vida humana con todo su precioso valor.
Estupenda reflexión.
Un beso.
El lógico que la desilusión y el sentimiento de estar siendo traicionada por «un mundo» te invada. Hablando mal y pronto, es una sensación asquerosa que todos hemos creado y de la que todos somos culpables. Y en manos de todos está el poder cambiar esto y sentirnos mejor. Pero desgraciadamente, corazones como los que tú, amiga, y yo sabemos, quedan muy pocos. De momento, sigamos observando, pues sé que cuando llegue el momento de actuar lo sabremos, y actuaremos.
Besos
Lupa
Ah! Por cierto! Que lo de encontrar tu sitio JAMÁS sea un problema, porque siempre, pase lo que pase, tendrás un lugar a mi lado.
Muak
Ser independiente no significa ser indiferente. Y cada uno utiliza para luchar, las armas que mejor sabe manejar.
Lo importante es saber lo que se quiere y lo que no. Y creo que tú, lo sabes.
Un abrazo
«lo único que sé es que la igualdad y la justicia llegarán el día que luchemos y nos manifestemos para dar, no para pedir» Me quedo con esta frase. Mercedes. Pero ese día no está en los calendarios, ni se lo espera.
Somos uno y muchos, montones y una. Me gusta la soledad y pensar que tengo un mínimo de libertad, que empecé a conquistar duramente con quince años. Pero sí creo que hemos de pedir lo que nos corresponde, justo lo que otros nos quieren quitar.
Hermosa la generosidad, siempre que no sea para tantos se aprovechen de ella.
Un fuerte abrazo.
Si no hay unión ni para pedir, imposible veo eso de que nos unamos para dar.
Un abrazo
Esa sería la idea, Mercedes, esa salir a la calle para dar, pero hoy por hoy me parece una utopía. Y me revela y no puedo evitar manifestarlo cuando veo personas a mi alrededor que lo están pasando muy mal y te aseguro que no han vivido por encima de sus posibilidades, lo sé. No es justo que unos pocos vivan sin medida a costa de cientos, no. Pero lo que si respeto por encima de todo es la independencia, es la única manera de llegar a entendernos, respetar al que opina diferente.
Besitos
Acercandome a ti a traves de estas lineas, deseandote una muy buena semana y compartiendo algo leido:
«Si exagerásemos nuestras alegrías, como hacemos con nuestras penas, nuestros problemas perderían importancia»
Cariños
Me parece una buena declaración de intenciones, Mercedes. Palabras muy sentidas que hacen pensar. En realidad en consonancia con todo lo que escribes. :-) Te he reconocido ese sentir en «Josué el errante» y en «Pretérito imperfecto». Desde mi punto de vista me apareces como una gran escritora que alcanzará sus metas, y que pondrá su granito de arena para que este mundo, que es el único que existe aunque se le quiera dividir en partes, sea un poquito mejor. De escribir nunca dejes, amiga mía.
Creo que hemos coincidido al sentirnos divididas ante la situación de nuestro país la crisis y como cada uno tira hacía un extremos, a mí también me cuesta posicionarme y al final me repito a la falta de generosidad e igualdad que hay en el mundo, valores preciosos, que desempolvamos de vez en cuando que predicamos pero que aplicamos muy poco. Veamos a donde nos conduce todo esto mientras seguimos observando.
Hoy, las personas que creen en una sociedad solidaria y que podríamos encasillar como de izquierdas son en su mayoría independientes. Comparto tu idea de que hay que aprender a vivir de otro modo aunque creo que hoy un pequeño grupo de codiciosos acapara todo lo que nos quitan, aquí y en el Tercer Mundo. Son predadores económicos y nos pueden llevar a un punto de no retorno: incluyendo guerras monstruosas por los recursos energéticos. No me alisto en ningún grupo pero no me alejo de la batalla: no me siento con derecho a cerrar los ojos.
Un abrazo, amiga.
Creo que debemos construir un Nuevo Mundo sobre lo que pronto serán ruinas.
Hola, llegué a través de tweeter, me alegra encontrar un espacio tan bien armado.
En relación con tu entrada, vivo en Latinoamérica, estamos acostumbrados a todo.
Te dejo un abrazo.
HD
Mercedes,
me ha gustado verte en mi espacio de letras. Gracias por las palabras que has dejado en el texto que dedico a mi gato, Alonso.
Y sí, el mundo se empeña en hacerse añicos, pero digo yo que el tuyo, el de las letras, es compacto, uniforme, elegante, atrevido, pleno… Y eso, en estos tiempos que vuelan más que corren, que asolan más que acompañan, es un gran regalo.
Un abrazo, agradecido.
Mario
Querida Mercedes:
Esta bien observar para escribir, pero para vivir hay que comprometerse con la justicia, con el dolor ajeno, con la vida. La libertad no se encuentra encerrada dentro de una burbuja, sino palpitando en la calle con nuestros semejantes. Te admiro como novelista, pero esa tibieza tuya me da frío.
Cuando he leído este texto, tan provocador, no iba a entrar a comentar, pero hubiera sido una cobarde, ¿no crees?
Un abrazo
Elvira
Comprendo tu independencia, que no quiero interpretar como indiferencia. Pero es que ya no tenemos estado de bienestar, no, ya todos somos los perjudicados… menos esa clase política que nos malgobierna. Y algo habrá que hacer, aunque la política me repugna, quizá, más que a ti. Cruzar los brazos es admitir la injusticia, la ignominia… ante la duda, ponte siempre del lado de los más débiles, ahí encontrarás la respuesta. Te quiero, mi niña, y te mando un beso.
No te creas, me culpo muchas veces por no prestarte la atención que mereces. Me sucede lo mismo con la escritura… Tú y las letras, a fin de cuentas, merecéis más…
Un beso, Mercedes.
Mario
Sería realmente hermoso ver salir a la calle a los especuladores que han robado el bienestar de muchos para devolverles la justicia.